Y es que cada sonrisa fue pasajera. Tú querías luchar; pero mi alma ya estaba en guerra. Aún lo está; peleando por no mostrar este sentimiento, que un día debilitó mi corazón, y que hoy lo lastima. Y es que... ¿Por qué me embaucaste en un barco a la deriva, si ahora, tengo que vivir un naufragio?
Reblujos, desorden, amores, sexo, desprecio, tristeza, negaciones, todo lo que hay tras abrir una puerta de madera vieja...
jueves, 9 de febrero de 2012
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