jueves, 29 de septiembre de 2011

Cuando me conociste, y cuando te fuiste


Te encontré un día sin buscarte...

Tú esperabas sin saberlo
caminabas solo.
Y cuando nos acercamos lo supimos
fuimos cómplices silenciosos,
sin decir una palabra juntamos nuestras manos tímidas
que con caricias suaves se fueron entrelazando
y cuando se tocaron se conocieron
se amaron.

Con una sonrisa te advertí que te quería,
lo supiste antes que yo, pues yo no lo sabía.
Tú me miraste fijamente con nostalgia.
Me extrañabas aún cuando no me había ido.

Caminabas solo, yo te esperaba en silencio.

Y cuando nos encontramos no lo supimos:
Caminamos sin rumbo.
Mis manos se fusionaban sobre tu piel
nos disfrazamos de felicidad,
te quise y a veces tú también me querías.

Creímos encontrarnos para saludarnos,
nos encontramos para despedirnos.
Yo te extrañaba aún cuando no te habías ido.

Caminas solo...
Y yo... veo como te alejas en silencio.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

La metamorfosis 1

El cuello me sangraba y el hombro se me empapaba de ese caliente liquido... Intentaba concentrar lo que me quedaba de energía en mis piernas: Izquierda, derecha, izquierda, derecha... prácticamente obligaba mis pies a caminar.

Mi mente proyectaba el único camino que recordaba. La casa de Ángela. Mi novia comprendería que necesito atención, comprendería de cierto modo, que es la única parte a la que puedo llegar. Sentía miedo de fallecer sobre una calle intransitable, en medio de la noche. ¿Las once?, era imposible tener noción del tiempo después de ser atacado de esa forma. Nadie tendría noción del tiempo. Nadie. «Camina, camina, ya casi llegas» me alentaba.

Arrastrando mis pies logre cruzar la última esquina. Toque la puerta de acero que impedía el acceso a esa casa de ladrillo fino en el oeste de la ciudad. ¿Cuántas veces la toque?, ¿dos?... me deje caer sobre la puerta, exhausto. «Rápido Ángela» me desesperé. Cerré lo ojos. Quería descansar un poco. El vacío me invadió y antes de perder la conciencia, escuché el crujido de la puerta, y unos brazos rodeándome el cuerpo. Un sonido que había escuchado meses antes le hacia coro: El llanto de mi novia; así como aquella vez en que murió su padre.

Al abrir los ojos, el rostro pálido de Ángela, me recibió. Sus ojos miel me miraban fijamente. Instintivamente mande mis manos al cuello. Una tela cubría la herida. Ella la había tratado mientras permanecía desmayado. No tenía la camiseta puesta, y estaba acostado en el sofá. Intenté moverme pero sentí como si clavaran un puñal en mis entrañas.

—¿Qué hora es?
—Las tres de la mañana —contestó ella— ¿Qué está pasando Lenfert? —algunas lágrimas se derramaban por su cara de repente.
—Realmente no lo sé.
—Vienes con el cuello destrozado y no sabes qué fue lo qué paso... —dijo—, ¿me crees estúpida?.

Me recosté como pude y bese sus labios intentando calmar la situación. Pero fue un terrible error. Era la primera vez que un beso de Ángela no producía calor en mi cuerpo, ni siquiera en mis labios. Me acobijo un terrible frío, me deje caer de nuevo en el sofá, y no paraba de temblar. Mi temperatura bajaba, y yo podía sentirlo.

Ángela me rodeo con sus brazos intentando darme calor. Pero era como si no pudiese sentir su piel en ese momento... Tal vez era el dolor que no me permitía sentir nada más.

Las entrañas se me estiraban, y empezaba a sentir cólicos que jamás en la vida había sentido... por esa misma razón era incapaz de describirlos. Quizá una mujer embarazada si podría hacerlo.

—¿Qué pasa mi amor? —me preguntó Ángela con el semblante preocupado.

Y yo... yo... fui incapaz de respondedle. Si se lo contara, no me creería. Estoy seguro de que no lo haría. Ni siquiera yo pensaba que todo se tratara de un suceso real, era más bien, uno de esos sucesos que solo mis sueños podrían crear.

martes, 27 de septiembre de 2011

La gente ya no necesita de pitonisas, hechiceras, o brujas para saber que tiene que hacer, o qué piensan los demás. Hoy solo les basta con las aplicaciones de facebook.
"Lo que impresiona de un hombre no es su mente, sino el resultado de ésta."

lunes, 26 de septiembre de 2011

Es vivir...

La vida no se hizo para esperar sucesos extraordinarios, se hizo para hacer sucesos extraordinarios, para volar sin necesidad de alas, para no detenerse hasta llegar a lo mas hermoso del ser!

Y lo mas hermoso es vivir sin detenerse...

lunes, 19 de septiembre de 2011

Yo me cago...

Después de un incidente con mi celular, que perdí por una enfermedad. La diarrea me ataco en un lugar publico y por el afán de buscar un sanitario, perdí el móvil en algún lugar o dentro del sanitario, no lo sé muy bien. Me di cuenta de una cosa: Prefiero cagarme en otra cosa que no sea el sanitario. Por ejemplo:

En vez de buscar un sanitario, me cagaría en la cara del presidente Chavez. También podría hacerlo en los hipócritas que su vida se liga a un perfil de facebook o unos cuantos comentarios inteligentes en el twitter. Podría cagarme en nuestro gobierno, en el oportunismos para parcializar la opinión, las noticias y para crear leyes absurdas de regulación que solo beneficia a las industrias. Con eso, si que me limpiaría el culo.

Sería mejor dejar de correr en busca de un sanitario, pelar el culo, y cagarse en ese tipo que se subió al autobús con un arma para despojarnos de lo que nos entretiene. Sí, el celular, en defecto muchas veces blackberry.

A todos esos ladronzuelos que asesinan por una moto, si que deberíamos usarlos como papel higiénico, que digo, mejor que sus bocas las usáramos como sanitarios. Y la lengua si seria un perfecto papel aunque poco higienico.

No sé para que tanta amabilidad, para que tanta censura y cordialidad, no sé para que ir a un baño a puerta cerrada para cagar, si podríamos bien hacerlo, en toda esa basura moral que nos implantan los pedofilos que abusan de los niños en iglesias. Y no es que me quiera cagar en la religión, más bien, es que deseo hacerlo en esos que se aprovechan de un recinto para hacer igual que nosotros sus porquerías.

Así que mejor desbaratemos el baño, no pierdan su celular por intentar esconder el culo y la mierda que se ve a diario más allá de la puerta. Aunque lo malo de no hacerlo en un alcantarillado, es que al final estaríamos caminando entre desechos pero está vez no en sentido figurado.

La vida.

Yo me tomaría la vida con calma, pero mejor tomo vodka con jugo de naranja.

domingo, 18 de septiembre de 2011

¿Una reflexión?

Sonreír significa que a pesar de las adversidades le vemos el lado positivo a la vida... Ser fuerte es enfrentar las situaciones con la madurez suficiente para no llorar y no dejar de sonreír.

martes, 13 de septiembre de 2011

Sinfonía del aullido I

Estaba sentado sobre la cama. Miraba la noche a través de la ventana. Mi cuarto no era el lugar más acogedor, pero era el único en toda la casa desde donde se podía ver la luna en su mejor esplendor. Llena.

Las nubes se destaparon, y la luna enorme, blanca, resplandeciente y confidente se dejaba ver por mis ojos, que palpitaban de excitación. Empezó a dolerme el pecho, el corazón empezó a darme vuelcos. Palpitaba tan deprisa y tan duro, como si se tratara de un redoble de batería en una canción de rock. Y entonces, también, me empezó a doler la herida, esa que me había hecho en el brazo días atrás y no recordaba como.

Mis ojos se enfocaron en la esfera brillante que mi consciencia ya no reconocía. Mi razón me explicaba que se trataba de la luna, pero mis ojos no la distinguían, no eran más que una mancha a lo cuál mi cuerpo respondía. Sentí miedo de repente.

Una tela roja se disperso en toda la habitación, ¿o eran mis ojos que ya no veían?... no supe más, estaba como dormido, pero despierto, escuchaba de repente los grillos y el viento chocar con los arboles. Olía el más dulce aroma que jamás había olido, no era conocido, no, era como oler carne de cerdo sin cocinar, pero más apetecible. Era fresco, delicioso.

Mi cuerpo, no respondía a mis pensamientos, solo a su entorno, a esos olores y sonidos, mi razón me indicaba que algo me pasaba, pero mi espíritu parecía disfrutar de todo ello. Estaba tranquilo. No me perturbaba.

Escuche un grito. No, ya no era solo un grito, eran dos, eran quejidos. ¿Era mi madre la que gritaba?, ¿era mi padre el que luchaba?, ¿qué estaba pasando allí dentro?, ¿por qué no podía moverme?... La boca me sabía a sangre, a metal, a oxido, me sabia tan desagradable, pero me satisfacía, me llenaba, me generaba una paz en el alma que no conocía.

Y entonces, no volví a escuchar nada, hasta muy entrada la madrugada, que desperté en mi cama, desnudo, con dolor en el cuerpo, y con una especie de salpullido. Con la encía irritada me levante como pude, mareado, con nauseas, y me puse un short. No me sentía para nada bien, era como si recién hubiese terminado de beber una botella de Ron yo solo.

Me dirigí al cuarto de mis padres, mientras me acercaba a su puerta semiabierta, en cada paso que daba, mi cerebro reproducía esos gritos con los que me había soñado. Abrí la puerta invadido de ansiedad y preocupación...

No le di merito a lo que mis ojos veían. Las paredes salpicadas de sangre, la cama desordenada y rasguñada, y los cuerpos de mis padres, allí tirados, cerca de la puerta del baño, carentes no solo de vida, de dedos y extremidades, incompletos y mordisqueados. La mancha de sangre parecía revuelta, estregada por todo el suelo, incluso parecía: ¿lamida?. Me mire las manos, y mi razón me hablaba mientras temblaban «Sí, ese has sido tú». Caí sin más, presa del pánico.

jueves, 1 de septiembre de 2011

"Si en la otra vida no hubiera música, habría que importarla."

¿Sabias qué?

Un estudio llevado a cabo en ratones encontró que los animales que habían dormido en forma fragmentada tuvieron más problemas para reconocer objetos familiares que quienes durmieron sin interrupción.Los estudios han mostrado que el cerebro utiliza las horas de sueño para evaluar los eventos del día y decidir cuáles son los que va a mantener.