"Recientes estudios científicos reafirman lo que la filosofía y la psicología siempre pensaron: que la locura y la creatividad son dos caras de la misma moneda."
Ésta sentencia encontrada en un estudio científico publicado en la nación.com me genera sensaciones encontradas por su premisa que radica en que la creatividad, estaba bajo los mismos estímulos y carente de limites cerebrales como cualquier enfermo psiquiátrico o esquizofrenico.
Me preguntó entonces: ¿Cuán necesario es perder la cordura para ser original? ¿Por qué se intuye cierta veneración hacia la carencia de salud mental cada vez que hablamos de ese tipo de creativos desquiciados?
Son espectaculares, sí. Son admirables, increíbles, incomparables semidioses, son innovadores, vanguardistas, transformadores de una época: genios, ¡genios! Pero no la pasan bien. No. No hay forma de experimentar el desequilibrio absoluto y salir airoso. No hay manera de que una mente insana pueda disfrutar de verdad el producto proveniente de esa misma mente insana. Acaso la apología de la locura (a veces el descontrol y, claro, los estimulantes químicos o naturales de ambas) sea la mayor estupidez del rock.
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