viernes, 28 de octubre de 2011

Poesía - J.S. París

Para escribir poesia tuviste que haber llorado.
Para escribir poesía tuviste que haber amado.
Para escribir poesía te tuviste que haber caído y levantado.
Para escribir poesía simplemente tuve que haberte conocido.
"El amor es una niebla que se quema con el primer sol de la realidad".

miércoles, 26 de octubre de 2011

Dios por Bukowski

«Para aquellos que creen en Dios, la mayoría de las grandes preguntas están resueltas. Para aquellos de nosotros que no aceptamos la formula divina, las grandes respuestas no permanecen escritas sobre piedra. Somos flexibles. Nos ajustamos a las nuevas condiciones y descubrimientos.

Yo soy mi propio dios. Estamos aquí para olvidar las enseñanzas de la iglesia, el estado y nuestro sistema educacional. Estamos aquí para beber cerveza. Estamos aquí para acabar con la guerra. Estamos aquí para reírnos del destino y vivir nuestras vidas tan bien que la muerte tiemble al llevarnos».

domingo, 23 de octubre de 2011

Abre Tu Mente: "Amor"

Encontraron evidencia de quien robo mi corazón, por que dejaste tus huellas marcadas en mi...
Diana Marcela Rivera

Tengo que desenamorarme para volver a ser la que era antes, esa que odiaba a todo el mundo.
Ana Carolina Dossman

Mi vida sería más sencilla si mi corazón se encargara de bombear sangre y no falsas esperanzas.
Henry Fuenmayor

Fácil es decir: 'Adiós', difícil es sentir la ausencia que deja esa palabra.
Daniela Ramírez

Amo esos momentos donde el silencio nos acompaña, nuestros cuerpos hablan y las palabras sobran.
Milton

sábado, 22 de octubre de 2011

Qué pereza otra opinión

A mi me da pereza todo. Todo. Desde levantarme para ir a orinar, como acostarme a dormir. Pero más allá de eso me da pereza tener que aceptar solicitudes en el juego de CityVille, tener que abrir una cuenta en Google +, y tener que leer muchas de las tontadas que escribe la gente en Facebook o las fotos que se toman en el baño. ¿En el baño?, teniendo toda la casa para tomarse una foto, ¿deciden hacerlo en el baño? No se dan cuenta que son espacio para compartir –o ligar–, no para hacernos los protagonistas o para ridiculizar a nuestros amigos (muchas veces hasta nos ridiculizamos nosotros mismos).

Me da pereza también subirme en un autobús como el Recreativo, o la Coomepal para que me roben el celular, y como no tengo celular, entonces se me roban el maletín con las tareas de la universidad. Después explico mi situación en clase y… como es costumbre saco un 1. Sobre todo en Ingles. No sé, pero a los ladrones como que les da pereza robar un día que no es el miércoles.

El MIO también da pereza, si te subes en él, tienes que madrugar para llegar a clase de medio día, o cualquier cosa que tengas que hacer después de las once. Y no importa de donde lo abordes. Da pereza que la gente se amontone como borregos en la T31 o E21 cuándo en tres minutos más, llega la misma ruta vacía. Total, esperen o no los tres minutos, se va llegar tarde.

Pero de verdad, hay algo que a mí en lo personal me da más pereza aún, y es la falta de conciencia ciudadana:

Me da pereza ver ancianos cruzar las calles del centro arriesgando su vida sin que nadie pueda ayudarlos. Tener que ver las calles asquerosamente llenas de basura sin que nadie se de cuenta que hay lugares específicos para poner sus desechos. Borrachos matándose y matando peatones después de salir de la rumba. Que lo jóvenes no levanten la cabeza de sus Blackberrys al igual que los policías no detengan criminales. Que no se puedan pasar las calles por medio de sus puentes peatonales, porque están constantemente asechados por bandidos –esos que dicen venir de un barrio marginal y tienen un revolver que no sabe uno si es de mentira–. Que se rompan las calles de toda la ciudad para hacer mega obras que avanzan a paso de tortuga y que se nos dañe el rin del carro con tanto hueco.

Y todo va seguir así, hecho un caos, una mierda. Porque nos da pereza colaborar, o bueno, realmente lo digo especialmente por mí que me da pereza tener que hacer algo para evitar todo eso, y no se imaginan la pereza que tuve de escribir el articulo. Total, que pereza estar leyendo personajes que solo critican las ocurrencias que se viven en la ciudad de Cali y sin dignarse hacer nada más.

martes, 18 de octubre de 2011

Espacio Publicitario

¿Quieres compartir tu talento para una revista digital sin fines lucrativos?... No importa de dónde seas, el único requisito, es que seas un joven latino o de habla hispana.

Para ser parte de esta revista colaborando con tu creación, puedes enviarnos un escrito, una fotografía, un diseño o un articulo de investigación redactado por vosotros mismos, sobre la inconformidad juvenil. La inconformidad puede ser desde: político, religioso, social, económico, cultural, tecnológico, etc...

¡Anímate!

Envíanos tu creación y para los documentos escritos sería bueno que no fuese mayor de 550 palabras, antes del primero de noviembre al correo de contacto de esté blog o al correo de la revista:

Paris.Lenfert@gmail.com
inadaptado.digital@gmail.com

Y se parte de la primera edición de una revista digital para jóvenes de todo Latinoamérica. Y por supuesto, ¡espérala!.

sábado, 8 de octubre de 2011

La Brecha Generacional

Cuando yo era un niño de 13 a 14 años jugaba escondite, policías y ladrones, e incluso hacia deporte, era todo un atleta. A esa edad el contacto con las mujeres se reducía a juegos como “escondite americano” , o “la verdad o se atreve” donde como hombre desesperado me atrevía a todo, desde besar un pared, un tubo y cualquier superficie que se les ocurriera a los demás, hasta hacer show de striptease el cual no sabia que significaba hasta cumplir los 15. Todo con tal de que en un par de turnos más, pudiera besar a una de las mujeres allí presentes.

Existía una segunda forma de tener contacto con mujeres, aunque por desgracia era la más difícil para mí —un introvertido—, solo niños con aires de “Don Juan” conseguían resultados. Sí, esos niños con excelente carisma, ojos claros y de cabellos rubios. Y el lugar perfecto para esa competencia masculina; donde todas las niñas esperaban ser cortejadas bailando alguna canción de merengue o vallenato; eran las extraordinarias minitecas, donde lo más intenso era conseguir tomar Ron con Cocacola, o alguna cerveza.

De tanto, esté modo “operandis”, y todo ese entretenimiento básico de los 13 a 14 años, son solo relatos de una generación que ya pasó, de una generación que hoy día tendrá más de 20 años. Tal vez sea que el tiempo no da tregua y las brechas generacionales no se llevan décadas como solíamos pensar al mirar a nuestros padres, si no más bien años. Incluso, puede ser, que hasta meses…

Todo avanza más rápido en el presente, y así mismo el “disque” comportamiento humano, y aún más el comportamiento verdaderamente complejo: el de la niñez y la juventud. Hoy en día los jóvenes de 13 a 14 años no van a “minitecas” si no a rumbas reales, donde hay de todo, desde niñas bailando contra la pared en ropa interior, hasta niños portando puñales. Ya no se juega “pico botella” ¿eso para qué?... Total, después de una canción de reggaetón es más fácil llevar a cualquier chica directo a la cama. Y el ambiente no solo se limita a rumbas en casas o discotecas que evaden la ley, si no también se ha trasladado a los parques. Esos parques que se transformaron en espacios sociales para jóvenes y niños, donde se fuma, se drogan y se bebe; y no precisamente Ron con Cocacola.

Y no se trata de discriminar los nuevos tiempos, o a las nuevas generaciones, es más bien querer justificarlo. Comprendiendo que simplemente buscan ser parte de algo, para no quedarse atrás en el tiempo. Sería real decir que a su temprana edad no han explorado realmente el mundo, y por ende, no pueden elegir una identidad con verdadera objetividad. Incluso muchos de ellos crecen sin tener opciones o elecciones. Pero es tal vez la misma identidad de la vida cotidiana —ese ritmo de vida intenso—, lo que nos lleva hacer todo de forma más prematura, desde tener sexo, hasta consumir drogas. Y es más ¿cómo culparlos?, cuando el promedio de vida dentro de poco no superara los 50 años, y teniendo tan cerca el famoso fin del mundo —cada año—.

O hacen lo que más puedan ahora, o no lo hacen nunca…

miércoles, 5 de octubre de 2011

La metamorfosis 3

Abrí los ojos.

Sobre mí, el techo hecho de yeso, era tan blanco... Me concentre en sus textura, en las pequeñas fisuras, en las finas lineas que en conjunto formaban la blanca pared. Me concentre tanto en ello. Me distraía tanto enfocando la vista, y vislumbrando cada vez más, cosas tan distintas. Nunca antes, podía percibir tanto con mis ojos, era tan extraño. Tanto así, que había olvidado por qué lo miraba, dónde estaba, ya ni siquiera recordaba, que horas atrás estaba padeciendo dolores que me mataban.

Me senté en el sofá. No hubo dolor. Me sentía ligero. Mire mis brazos... estaban tan pálidos. Era literalmente blanco. Los toque, pero el contacto era tan delicado, mis brazos tan lizos, pero «Estaban jodidamente duros». Era como el Jade, era como una piedra fina. Lo que jamás percibí mientras toqueteaba mi lizo cuerpo, era mi temperatura. ¿Estaba muerto?...

Caminé hasta ese gran espejo en la sala de la casa de Ángela. Era la casa de mi novia. Me miré «ese soy yo —pensé—, de verdad, ese soy yo» me preguntaba cuando observaba mis ojos tan amarillos, tan brillantes. No sé, pero me sentía hermoso. Me quite rápidamente la gasa de mi cuello... La herida había desaparecido. Me volví a observar, me volví a preguntar.

Me sentía hermoso.

Escucha los pasos de las personas en la calle... Hora pico. La seis de la tarde marcaba el reloj colgante de la sala. Ángela tenía un gusto muy peculiar por los relojes aparatosos. ¿Dónde estaría ella?... Y entonces, lo olvide todo. Un olor apasionante había cautivado mis sentidos. Era una cosa tan exagerada, que al mismo tiempo, era espeluznante.

Me observe al espejo que aún estaba enfrente de mí. «¿Qué mierda está pasando?» me pregunté cuando los ojos que me miraban, esos amarillos y brillantes ojos, se tornaban rojizos, como si se tratara de un eclipse solar, de un amanecer... cada vez más rojos. La boca empezó a salivarse y el olor... ese olor, quería comerme ese olor... Lo deseaba, me excitaba, me apasionaba y me generaba unas convulsiones extrañas en el corazón. Lo imaginaba y me deleitaba.

Un ruido impacto mis oídos, y el olor se intensifico de forma abrupta. Ángela había entrado por la puerta. Llevaba con ella un paquete de medicinas y algo de comida. Me miró sorprendida, y yo, yo... no la reconocía. Lo único que hacía, era escuchar a mi consciencia, bueno, si realmente esa era mi consciencia:

«Es ella, ella, de ella proviene el olor —me decía— ese rico olor... ¿no tienes hambre?».

lunes, 3 de octubre de 2011

Dialogo: Aurora Boreal

—¿Sabes lo que dijo cuando le expliqué que había una iglesia donde opinaban que se debían tirar los medicamentos?
Sven-Erik negó con la cabeza.
—Dijo: «La gente débil acostumbra a sentirse atraída por la iglesia. Y la gente que quiere tener poder sobre la gente débil, también.»

Äsa Larsson

domingo, 2 de octubre de 2011

La metamorfosis 2

El vendaje del cuello no era suficiente. La sangre empezaba a filtrarse y a salirse de la gaza. Ángela cambiaba el vendaje como podía y de vez en cuando, podía sentir sus dedos recorrer las múltiples aberturas como finas lineas que tenia en el cuello. Me aplicaba desinfectantes, y me daba algunos analgésicos que yo mismo le pedía. Era incontenible el dolor. Ya quería incluso acudir a la morfina, pero eso, no era algo que vendieran en una simple droguería.

Mi cuerpo estaba muy pálido, casi azulado, al parecer —o eso daba la impresión— mi cuerpo empezaba a perder temperatura y caía en una hipotermia severa. El corazón me daba brincos. A veces palpitaba tan deprisa que me temía un infarto y a veces tan lento, que temía una indisposición cardíaca. En pocas palabras, estaba hecho una mierda «Joder».

—Debemos llevarte a un hospital —inquirió Ángela.
—No —le respondí severamente.
—Te estás muriendo, es que no te das cuenta...
—Si voy, tendré que explicar que paso...
—¿Y qué paso? —los ojos de Ángela empezaban a perder su brillo. Quizá estaba cansada.
—No vas a creérmelo...
—Cuéntamelo de una puta vez —gritó desesperada.

Lo dude un momento. Y ese momento de duda, me llevo al más profundo dolor. Era un asqueroso dolor en la boca del estomago, era como si todos mis órganos se movían. Eran cólicos, pero no de indigestión. Y la respiración empezaba a fallarme.

—Me mordió un loco cuando bajaba la calle del muerto... —dije como pude.
—¡¿Qué?! —gritó—... debemos llevarte al hospital...
—Ese loco —la interrumpí—, parecía un vampiro —me falto el aire.

Ángela no fue capaz de decir nada, y yo solo desvié la mirada al techo. Cerré los ojos de nuevo. Necesitaba descansar, ya no soportaba el dolor. Los sonidos fueron desapareciendo de a poco, hasta que estuve totalmente aturdido... por el silenció.

sábado, 1 de octubre de 2011

Los vecinos abominables

Colombia es un país exótico, grande, hermoso, tropical, con personas muy humildes, trabajadoras, atentas, y conversadoras. Pero todo paraíso tiene sus abominaciones, y la nuestra son algunos vecinos típicos. Los vecinos abominables.

A pesar de que en los últimos tiempos, los vecinos quienes eran personas protagónicas en la vida de nuestros padres —o en todos los años antes de la última década—, ha perdido mucho de su papel, de su roll en la vida de todos nosotros. Hoy en día simplemente ni distinguimos a nuestros vecinos, por la sencilla razón de que se vive ocupado o no importa en absoluto la vida de quien esté tras la pared del lado. Pero bueno, en algunas partes la costumbre sigue, y las abominaciones aparecen:

Por ejemplo, siempre hay un vecino escandaloso, el que tiene unos bafles de un metro —A veces incluso más grandes— y no para de poner vallenatos, rancheras, e incluso reggaetón a todo volumen. Eso ya depende de qué tan moderno es. También está el tipo que tiene un carro o una motocicleta que luce quemando el motor, o simplemente se la pasa pitando su bocina a las ocho de la mañana como si se tratara de una ruta escolar. Y cuando se fusiona con el escandaloso, ni hablar.

Hay incluso vecinos que pueden ser una ventaja para los que son papás o una desventaja para los que somos hijos. Sí. Tu papá o tu mamá van a estar al tanto de ti, sin tener que mover el culo del sillón. ¿Por qué?: porque no falta la vecina chismosa, que está al pendiente de ti —y se sabe la vida de todos en la cuadra—, es la que te ha pillado fumando o borracho por ahí, cerca de tu casa e incluso te hace ver de lo peor. Gracias a ella, tus papás se volverán entes omnipresentes.

En otras épocas podríamos hablar de los vecinos clásicos que se sientan a jugar domino, parques o en su defecto a emborracharse. Ahora, no se hace tanto, pero igual, llegan borrachos y tú que vives a dos casas te das cuenta de lo jincho que ha llegado, claro incluso no se siente incomodidad si no envidia… Y para rematar la colección, jamás falta, el vecino con un Schnauzer o un Pincher, dos perros escandalosos y como si fuera poco, agresivos, dos perros miniatura que se creen leones y que deseamos a veces despejarlos con una patada.

Pero no todos son abominaciones vecinales —mejor me retracto y no exagero—, ya que nunca falta la vieja buena. Sí, esa que vemos a través de la ventana, que en muchos casos mayores que uno, y novia de traqueto o cualquier riquillo. Y que si vivimos en conjunto y tenemos piscina, no hay mayor placer que irla a ver tomar el sol. No, esa nunca falta, tanto así, que en la pubertad es en muchas ocasiones: la protagonista de nuestra madurez mental.
"El verdadero terror es levantarse una mañana y descubrir que tus compañeros de instituto están gobernando el país."