martes, 8 de diciembre de 2009

Soneto VII - Pablo Neruda


«Vendrás conmigo» —dije— sin que nadie supiera
dónde y cómo latía mi estado doloroso,
y para mí no había clavel ni barcarola,
nada sino una herida por el amor abierta.

Repetí: ven conmigo, como si me muriera,
y nadie vio en mi boca la luna que sangraba,
nadie vio aquella sangre que subía al silencio.
Oh amor ahora olvidemos la estrella con espinas!

Por eso cuando oí que tu voz repetía
«Vendrás conmigo» —fue como si desataras
dolor, amor, la furia del vino encarcelado

que desde su bodega sumergida subiera
y otra vez en mi boca sentí un sabor de llama,
de sangre y de claveles, de piedra y quemadura.

1 comentario:

  1. Que romantico. Lo siento sebá si no puedo hablarte mañana o pasado mañana, necesito que entiendas muchas cosas. Necesito que te des cuenta de las cosas que tiene, y no lo digo por mi, porque yo no puedo valer nada para nadie. Pero hay mucha gente que te quiere DATE CUENTA, y deja te actuar como un PATAN. La verdad no quiero que te sientas mal. Y aún sigue siendo mi amigo, nunca pararé de agradeserte que estuviste'ahi cuando más lo necesitaba.

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