Ella me regaló varios libros nuevos. Ahora son tesoros que conservo como parte de mis historias en la vida. Lo que un día voy a contarle a alguien en la vejez. Sin embargo, hay otro tanto de libros que me regaló que no eran nuevos, que tienen orejas en las puntas, arrugas, manchones, y páginas amarillas, libros que leyó y compró para ella, pero que después y afortunadamente terminaron en mis manos, en un símbolo más de amor, a pesar del abismo que nos separa. Y esas historias, son aún más importantes para mí, porque la personifican, porque es lo único que me queda para vislumbrarla nuevamente en una forma que puede durar para siempre:
Libros...
Entiendo lo a qué te refieres.
ResponderEliminarEntiendo lo a qué te refieres.
ResponderEliminarJuan José, gracias por opinar y conserva esos libros siempre a tu lado.
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