Me encontraba en un estado de obnubilación, no respondía a ningún estimulo exterior. Fue difícil volver en sí, me negaba a hacer las cosas que me gustaban, porque simplemente pensé que nada podía hacerme sonreír. Me devolví al pasado y me lamentaba por mi presente, pero es obvio… ¿cómo no iba a lamentarme? Si no estaba haciendo nada o actuaba por inercia. Poco a poco vuelvo a la realidad y la disfruto.
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